Zen, su mejor amigo sólo se dedicaba a observarla, admirarla, amarla...
Al entrar a la casa de Nohemí, el saludó como todas las tardes a la mamá, al papá y a la hermana.
-¡Buenas tardes Zen!- le dijo la mamá
-¡Buenas tardes señora!
-¡Ya llegué mamá!-dijo- ¡Pásale a lo barrido!- Exclamó Nohemí
-Gracias
Los dos se fueron a la habitación compartida de Nohemí...
-Pues bien, a darle que es mole de olla- Dijo Zen con una gran sonrisa
- Ya que
Comenzaron el trabajo a cerca del Contrato de tecnología
-Primero debemos poner un poco de historia y lo que es la tecnología- indicó Nohemí
-¡Muy buena idea!
-Pues bien, dime que es.
-Cálmate, está bien que sepa muchas cosas, pero no le exageres
-Bueno ya, entonces no estes luego de presumido- se lo recordó mientras reía
- Ni aguantas nada- le contestó Zen mientras la miraba fijamente a esos lindos y expresivos ojos
Esa mirada insistente le comenzaba a sonrojar.
-¡Qué me ves?- le preguntó
-Las ojeras, ¿Qué mas te puedo ver?
-¡Oye, yo no tengo ojeras!
-¡Claro que las tienes! Mira - le decía al mismo tiempo que intentaba acariciarle la mejilla
En ese momento Nohemí fingió demencia y volteó hacía su cama e inesperadamente corrió a recoger unas libretas que por error su tortuga Camila había orinado.
Por suerte su hermana entró para tranquilizarla un poco.
-Por lo menos estaban forrados, asi no oleran tanto- le dijo con un tono suave
-¡Guacala! - exclamó mientras las limpiabas con una franela que encontró en su camino
Zen moría de la risa -Eso no le pasa a cualquiera- le dijo
-¡Guarda silencio!, mejor empieza a estructurar el trabajo
-¡Uy, que carácter!- y soltó una carcajada -¡Ya cásate!
-No, muchas gracias.
Al salir su hermana, el silencio cálido y tranquilizador se apoderó del cuarto. Así pues los dos, juntos, pegados frente al computador permitía a Zen aprovechar la ocasión para impregnar sus pulmones de ese aroma que caracterizaba a Nohemí y Nohemí se dedicaba a terminar su trabajo.
-Bueno, pues la introducción y lo que es tecnología ya está, falta buscar la historia
-Yo ya tengo un poco de la estructura del contrato
-A ver, conecta tu memoria USB
-Si.
-¡Vaya que buen trabajo! ¿Dónde lo conseguiste?
-Mi tía que trabaja en EDS me ayudó
-Ya ves como si empiezas de presumido- Le dijo Nohemí en son de burla
-Bueno, ¿Teniendo una familia así, uno que puede hacer?, además no es mi culpa que seas envidiosa
-¿Yo envidiosa?
-Si, tu envidiosa. Deberías dormir más, asi no tendrías ese carácter
-Tu tambien deberías dormir y de paso casarte
-¿Por qué?
-Así dejarías de molestar tanto a la gente decente
-No, pues eso si.
El Padre de Nohemí fue a "checar" a los muchachitos, no fuera a ser que sólo estuvieran chacoteando.
- ¿Ya casí?- Les preguntó el padre mientras abría la puerta
-Si, ya solo falta agregarle unas claúsulas y darle formato- respondió Zen
-¡Ah, bueno!, en ese caso podrán bajar a comer en una hora
-Sí papá ya bajamos
El Padre salió de la habitación con un rostro de satisfacción, pues pronto ese muchachito tendría que volver a su hogar.
-¿Que comeremos hoy?
-No lo se, es menú sorpresa
-¿Menú sopresa?- preguntó consternado
-Sip, es jueves
-¡Ah, cierto! jueves sorpresa
Pasado un rato, los dos decidieron tomar un descanso, pues sólo les faltaba agregar la conclusión, así que guardaron la información, apagaron el computador y bajaron al comedor.
-Huele muy rico mami, ¿qué hiciste?
-Molletes
-¿Molletes, en pleno jueves en la tarde?
-Si, ¿Qué tiene de malo?
-No, nada, sólo que es extraño
-Nohemí no le eches la culpa a tu mamá si todos sabemos que tu eres la rara- le dijo Zen con un volumen de voz que ella apenas percibió
-Claro, claro pero eso es lo que piensas ¡tú!
Comenzaron a comer los cinco.
Molletes por aqui y por allá, piquito de pollo, guacamole y salsa roja.
Zen terminó por deborar sus molletes, pues desde que llegó moría de hambre; ya que eso le pasaba cada que tenía que ir a la casa de Nohemí, le gorgojeaba el estómago, y la sangre se le concentraba en sus órganos se... en otros lugares; esa era la explicación científica que conocía de sus constantes hormigueos y revoloteo de alas de mariposas en su estómago.
Al término de la comida los dos subieron al cuarto a recoger las cosas de el, pues ya era hora de marcharse.
-No se te olvide que al rato vamos a ir a una lunada
-¿A una lunada, a que?
-Siempre lo olvidas- se lo dijo con acongojo
Zen se sentó en la cama, para pensar más cómodamente, la verdad es que no queria salir de ese cuarto.
-Mmm, no tengo la menor idea de lo que me hablas
-Bueno, al rato lo sabrás. ¿Pasas o paso?
-Paso, ¿A que hora?
-Como a las Diez
-Bueno, entonces nos vemos- y le dió un fuerte beso en la mejilla
Zen bajó apresurado las escaleras
-Hasta luego Señora, Adios Señor muchas gracias, nos vemos Naty.
-Igualmente, que te vaya bien- Le dijeron los tres en coro y al momento que Zen salió comenzaron a reir, pues no es frecuente que les pase contestar al mismo tiempo y lo mismo.
Una vez en su casa:
- ¡Que diablos tenia que recordar?- se dijo mientras se cambiaba de ropa.
-¡Claro!, ¿Qué horas son?- se preguntaba mientras buscaba su reloj - Las 9:30 pm- leyó
-Es hora de irse
Zen pasó por Nohemí y se reunieron con unos amigos en el parque donde estaba la lunada, muchos jóvenes de su escuela y los organizadores ya estaban ahí, era una noche para pasarla juntos, porque la graduación ya estaba cerca y muchos ya no vivirían ahí.
Fogata, calor, cantos, risas, juegos.
Todos prontamente se anexaron a las dinámicas.
Una de ellas consistían en atrapar a la personas que tienen las llaves.
Nohemí tenía una, Zen no.
-A ver muchachos ya saben las reglas, no jalones de cabellos, no se vale aventar piedras ni jalar ropa, el que consiga mas llaves tendrá un gran premio- Dijo una orientadora - Uno, dos y ¡CORRAN!
Zen atrapó a dos y por casualidad obtuvo una tercera, hasta que por fin pudo acorralar a Nohemí
-¡A que no me atrapas!
-¡A que si! - le dijo satisfecho
Nohemí al emprender la huída tropezó e intentó agarrarse de Zen, pues, mientras él estaba tirado en el suelo, ella pudiese correr y llegar al territorio amigo; sin embargo Zen perdió el equilibrio de tal forma que trato de que al caer no la aplastara.
Ella estaba debajo de Zen, una huida era casi imposible. Derrotada Nohemí no pudo evitar su mirada -¡oh, esa mirada!- pensó y suspiró
-¡Tengo tu llave!- le dijo Zen mientras sonreía con aire de triunfo
- No se vale eso es trampa
- No, eso no es trampa- se lo susurró al oido
Ella no hizo movimiento alguno, se quedó inmóvil y
asombrada
En un instante cerró los ojos, ya que necesitaba pensar.
Inesperadamente sintió algo frío y suave: Unos labios, los únicos que había deseado alguna vez con tal afán que jamás se habría atrevido a profanar.
La respiración de ambos era lenta y profunda, calmada y tranquila, ya no se podía pensar más.....
De súbito ella contuvo la respiración, al tiempo que abrió los ojos. Vió la sonrisa de Zen, que la hacía estar aún mas azorada.
Zen dirigió su oido hacia el pecho de Nohemí, para oir si aún le latía el corazón.
-Knock, knock
-¿Quién?- Contestó Nohemí a penas con un susurro
-¿Disculpe, quisiera saber si Nohemí aun vive ahí?- Preguntó Zen en un tono a penas audible
De noche, con una luna a penas admirable, tirados en el pasto, uno encima del otro...
-Si, aún vive - le contesto ella soltando todo el aire retenido antes de dejar de respirar.
-Pues, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS NOHEMÍ! - le susurró y la volvió a besar...
-¡Se acordó!- reflexionó Nohemí al momento que sus brazos rodeaban el cuello de Zen....
Para los que viven y viven y no dejan de vivir y necesitan leer a mas:
Con notoria dedicatoria a Nohemí alias Paola, espero te haya gustado y que te la pases muy bien.
Te quiere:
Tu socia.